Un dulce, para el paladar

Los picarones son irresistibles, son un antojo de todo peruano por su inigualable sabor que hace que grandes y chicos deseen probarlo.

Este plato es tradicional, en la gastronomía peruana, por su particularidad de dulzura y su forma de anillo, que lo hace interesante y el preferido de muchos, al punto de que no se pueda comer solo uno.

Su origen, según dicen es que los picarones eran posiblemente una especie de adaptación o un producto similar a los buñuelos que consumían los conquistadores españoles. Entonces en España se prepara en buñuelos y en el Perú los ricos picarones.

Los picarones eran ofrecidos durante la procesión del Señor de los Milagros, donde desde el siglo XVII las pregoneras ofrecían anticuchos, choncholíes y picarones con miel. Esta misma tradición se ha conservado por 300 años y se vive durante el mes de octubre, desde ahí nace el gusto por este potaje.

Su masa se prepara con zapallo y camote, ambos nativos de Perú, los cuales dan el sabor inigualable, además de estar bañados en una deliciosa miel de chancaca. Al día de hoy, podemos encontrar este plato a nivel nacional, normalmente en carretillas en la vía pública donde podemos comprar porciones pequeñas de cuatro o cinco picarones a un precio muy accesible. Este postre suele encontrarse a horas de la tarde, ya que no es un postre para después de almuerzo, sino más bien para media tarde.

Disfrutar de este postre y no dejar morir esta tradición es conservar la cultura, y la dulzura en el paladar.